Se trata de uno de los escasos textos
narrativos que compuso el autor irlandés Oscar Wilde. El joven aristócrata
inglés Dorian Gray, de belleza suprema, posa como modelo para su amigo, el
pintor Basil Hallward. Durante una de sus sesiones, Basil le presenta a su
amigo Lord Henry Wotton, un dandi de espíritu cínico, quien comenzará a ejercer
influencia sobre Dorian. El retrato que Basil pinta es de tal perfección, que
hace a Dorian desear que su belleza y juventud fuesen eternas, como el instante
capturado en el cuadro.
Más adelante, Dorian se enamora de una joven
actriz de un teatro de tercera, Sybil Vane. Una noche, tras haberse prometido
con ella, el señor Gray lleva a Lord Henry y a Basil al teatro, exaltando las
cualidades interpretativas de su amada; cualidades que resultan ser mediocres
esa noche para decepción del propio Dorian. Molesto con Sybil, quien le
confiesa que ha perdido su pasión por la actuación al haber conocido el amor
real hacia su “Príncipe Encantador”, Gray decide romper su compromiso con la
joven. Al día siguiente, Lord Henry le informa de que la joven Vane ha sido
hallada muerta, posiblemente mediante suicidio, y Dorian Gray, ya a solas en su
habitación, observa que el rostro del cuadro ha experimentado una
transformación. Dándose cuenta de que el retrato es en realidad el espejo de su
propia y horrible alma, Dorian decide encerrarlo bajo llave en un cuarto
superior, y comienza a entregarse durante años a la degradación moral más
absoluta. Su belleza física, durante todo ese tiempo, se mantiene intacta,
mientras que el cuadro va reflejando la monstruosidad cada vez mayor de su
alma.
Obsesionado por cierta lectura que le ha
proporcionado Harry, y presa de la ignominia moral a la que se somete, Dorian
Gray acaba por confesarle a Basil la terrible crueldad que esconde el cuadro,
para, acto seguido, acuchillarle. Tiempo después, los fantasmas de sus crímenes
empiezan a acosar al sorprendentemente joven y bello Dorian Gray, quien está a
punto de ser ajusticiado por el hermano de Sybil, James Vane, en un fumadero de
opio. El marinero Vane le sigue hasta una casa de campo, pero fallece por
accidente durante una cacería en la que resulta mortalmente herido. Dorian,
cínico corrompido y degradado, regresa a casa, preso de la locura total, al comprobar
que nadie parece poder detenerle. Tan sólo el cuadro que guarda en el cuarto
olvidado muestra su verdadero rostro. Dorian se dirige hacia allá con un
cuchillo en la mano, dispuesto a poner fin al sincero retrato. Se oye un grito
desgarrador. Los criados, al forzar la puerta del estudio, encuentran a un
hombre ajado, con un cuchillo clavado en el corazón, al que reconocen como
Dorian Gray.
Sin duda alguna, la obra precisa de una lectura
atenta, no tanto por su extensión (272 páginas), sino por las continuas
reflexiones filosóficas que Wilde vuelca en los diálogos. El estilo de la obra
es bastante ameno, y ello puede llevarnos a pasar por alto los famosos
epigramas del autor irlandés. En ellos se muestra su pensamiento, afilado y
preciso, muy influenciado por el cinismo.
Este pensamiento,
especialmente de índole cínica, como decimos, se manifiesta a través de los
mencionados epigramas, composiciones de carácter poético en la que se expresa
un pensamiento festivo o satírico de forma ingeniosa. Dichas ocurrencias
jalonan toda la obra, ofreciendo reflexiones a veces interesantes, a veces
simplemente ingeniosas, sobre determinados aspectos sociales de la época
victoriana. Así, podemos distinguir:
·
La idea y reflexión sobre la obra de arte, y el
sentido del artista.
- “Creo que el arte oculta al artista más que
lo descubre”.
- “Detrás de toda hermosura hay algo trágico”.
- “El sentimiento de compasión te dejaba
indiferente, pero la belleza, te podía hacer llorar”.
- “Influir en una persona supone darle nuestra
alma”.
- “La gente dice a veces que la belleza es sólo
superficial. Puede que sea cierto. Pero no es tan superficial como el
pensamiento”.
- “No hay duda de que el genio dura más que la belleza“.
- “Pero la belleza, la verdadera belleza, acaba
donde comienza una expresión intelectual”.
- “-¿Que eres? -Aquello en lo que tú me has
convertido “
- “Si un hombre trata a la vida artísticamente,
su cerebro es su corazón”.
- “Sólo los sentidos pueden curar el alma, y
sólo el alma puede curar los sentidos”.
- “Todo arte es completamente inútil”.
- “Todo retrato que haya sido pintado con
sentimiento es un retrato del artista, no del modelo”.
·
Los preceptos morales y su pugna contra el
deseo interior, es decir, razón frente a pasión.
- “A ti te agrada todo el mundo, o lo que es lo
mismo, no te importa nadie”.
- “Cualquier cosa se convierte en placer si uno
la hace con mucha frecuencia”.
- “Cuando nos confesamos de algo, pensamos que
nadie más tiene derecho a culparnos. Es la confesión, no el sacerdote, lo que
nos absuelve”.
- “El motivo de que nos guste pensar bien de
los demás es que tenemos miedo de nosotros mismos”.
- “El cigarro es un
ejemplo perfecto de un placer perfecto. Es exquisito y deja a uno insatisfecho”.
- “En cuanto a creer cosas, me puedo creer
cualquiera con tal de que sea totalmente increíble”.
- “El único camino para deshacerse de la
tentación es ceder a ella”.
- “La experiencia no tiene ningún valor ético.
Es simplemente el nombre que los hombres dan a sus errores“.- “La moderación
es fatal. Lo suficiente es tan malo como una comida. Lo que es más que
suficiente resulta tan bueno como un banquete.
- “Lo verdaderamente maravilloso del pasado es
precisamente que es pasado”.
- “- Los jóvenes de hoy en día creen que el dinero es todo.
- Sí, y cuando se hacen mayores lo saben.”
- “Los libros que el mundo llama inmorales son
libros que muestran al mundo su propia infamia”.
- “La única forma de librarte de una tentación
es entregarte a ella”.
- “Todo delito es vulgar, igual que toda
vulgaridad es un delito”.
- “Todos tenemos dentro el cielo y el infierno”.
- “Yo sé
lo que es el placer. Adorar a alguien”.
·
Las relaciones y convenciones sociales, que
chocan contra el deseo de rebeldía encarnado en Dorian Gray, y la voluntad de
provocación, representada por Lord Henry.
- “Cuando una mujer se vuelve a casar es porque
detestaba a su primer marido. Cuando un hombre se vuelve a casar es porque
adoraba a su primera mujer. Las mujeres prueban suerte; los hombres arriesgan
la suya”.
- “Cada impresión producida crea un enemigo.
Para ser popular hay que ser una mediocridad”.
- “Cuando la pobreza
entra por la puerta, el amor se va por la ventana”.
- “Hoy en día, la gente sabe el precio de todo
pero no conoce el valor de nada”.
·
El amor, en su condición de salvación y castigo
del ser humano.
- “A un niño con quemaduras le gusta el fuego”.
- “Cuando uno está enamorado, siempre comienza
engañándose a sí mismo y termina engañando a otros. Eso es lo que el mundo
llama amor”.
- “La tragedia de la vejez no es que uno sea
viejo, sino que una vez fue joven”.
- “La única diferencia entre un capricho y una
pasión de toda la vida, es que el capricho dura un poco más”.
- “Las mujeres nos aman por nuestros defectos.
Si tenemos suficientes, nos perdonan todo, incluso nuestro intelecto”.
- “Los hombres se casan
por cansancio, las mujeres por curiosidad; al final ambos quedan decepcionados”.
- “Los jóvenes quieren ser fieles y no lo son.
Los viejos quieren ser infieles y no pueden”.
- “Ninguna mujer es un genio. Las mujeres son
un sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo dicen con mucho
encanto. Las mujeres representan el triunfo de la materia sobre el espíritu,
igual que los hombres representan el triunfo del espíritu sobre la moral”.
- “No quiero estar a merced de mis emociones.
Quiero usarlas, disfrutarlas, dominarlas.”
- “Tú me enseñaste que la vida debe arder con
llama intensa... Su luz no me ciega, ni su calor me quema... Yo soy la llama
Henry, yo soy la llama
- “Un hombre puede ser feliz con cualquier
mujer siempre que no la ame”.
- “Una “grande pasión” es un privilegio
de los que no tienen nada que hacer”.
- “Una mujer flirtea con cualquiera siempre que
dos la estén mirando”.
Como dijo Borges: “Nos cuesta imaginar el
universo sin los epigramas de Wilde”. En estas formas encontramos los grandes
temas de la obra. Por un lado, el tema principal estriba en la superioridad del
arte sobre la vida y la moral mundanas, manifestadas en el deterioro del
retrato de Dorian Gray. Podemos relacionar el suceso con otros grandes temas
literarios, como el Doctor Fausto y
el tema de la salvación del alma (conviene señalar que en el caso de la obra de
Goethe, el doctor es quien hace el pacto con Mefistófeles, mientras que en el
caso de Dorian no hay tal demonio -el papel se le ha atribuido a Henry Wotton y
la influencia que ejerce sobre el joven Dorian- y éste apenas formula un deseo,
una voluntad de permanecer joven como el muchacho que observa en el cuadro); o
con el mito de Pigmalión (la obra de arte que ya no imita a la realidad, sino
que la supera, cobrando vida propia, y transformando al artista en un hacedor,
un demiurgo, un dios).
La publicación de El retrato de Dorian Gray en julio de 1890 en la revista americana Lippincot’s Magazine supuso todo un
escándalo en la Inglaterra victoriana. De hecho, el libro fue utilizado como
prueba incriminatoria para la condena a Wilde, acusado de indecencia grave, a
trabajos forzados en la cárcel de Reading. De hecho, en el libro se perciben
especialmente dos de esas conductas que escandalizaron a los british: de un lado, la sugerida (en
mayor o menor medida) amistad homoerótica entre el trío de personajes
protagonistas: Lord Henry Wotton, Basil Hallward y Dorian Gray. Este triángulo
permite establecer diferentes tipos de relaciones entre sí, que van desde la
admiración que siente Basil hacia Dorian (fuente de su inspiración), hasta la
atracción e influencia de Lord Henry en Dorian o los celos de Basil hacia Lord
Henry. Por otro lado, los personajes pertenecen a la clase social alta inglesa:
no tienen trabajos, miran con desdén hacia las clases inferiores (mírese el
capítulo de la muerte de James Vane durante la cacería), visten y actúan de
manera extravagante y provocativa (dandismo),…
Para finalizar, habría que conectar la obra de
Wilde con una de sus grandes referencias, el poeta Shakespeare, y, en concreto,
con dos de sus personajes. En el prefacio, se alude a Calibán, personaje de La tempestad que representa la parte
animal del ser humano: “The nineteenth century dislike of realism is the
rage of Caliban seeing his own face in a glass. The
nineteenth century dislike of romanticism is the rage of Caliban not seeing his
own face in a glass.” (“El rechazo decimonónico del realismo es la
rabia de Calibán al ver su cara en el espejo. El rechazo decimonónico del
romanticismo es la rabia de Calibán al no ver
su cara en el espejo”). Al final de la obra, de nuevo, acude a
Shakespeare para cerrar ese círculo. Dorian, arrepentido de todos sus crímenes,
se ha jurado cambiar, y así se lo confiesa a Lord Henry, quien es bien
consciente de que la naturaleza del joven no puede ser mutada:
[…] Siento haber
posado para ese cuadro. El recuerdo de aquello me resulta detestable. ¿Por qué
hablas de él? Solía recordarme a esas curiosas líneas de alguna obra, Hamlet, creo; ¿cómo eran? “Como el
cuadro de una pena, un rostro sin corazón”. Sí, así era.
Lord Henry rio:
- Si un hombre trata a
la vida artísticamente, su mente está en su corazón- respondió dejándose caer en
un asiento.
Dorian Gray movió la
cabeza y arrancó unas suaves notas del piano. “Como el cuadro de una pena
-repitió-, un rostro sin corazón”.
Lord Henry se recostó
y lo miró con los ojos entornados.
- Por cierto, Dorian-
dijo después de una pausa-, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero
si pierde… cómo era la cita… su propia alma? […]
- No, Harry. El alma
es una terrible realidad. Puede comprarse, venderse y trocarse. Puede
envenenarse o perfeccionarse. Hay un alma en cada uno de nosotros. Lo sé.
(pág. 260-261)
El retrato de Dorian Gray. Oscar Wilde, Valdemar, 2005
ISBN 9788477025276
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