El final de la primera mitad del
siglo XX estuvo marcado, indiscutiblemente, por dos sucesos que afectaron a
Europa de manera determinante. Por un lado, la Guerra Civil española, que
resultó ser el preámbulo del segundo de esos acontecimientos, la II Guerra
Mundial.
La novela se inicia con el exilio
de Karmentxu, una de las miles de niñas y niños que fueron enviados a hogares
de acogida durante la contienda española. En el caso de la niña bilbaína, ella
y su hermano fueron enviados a Gante, donde cambiará la vida del joven escritor
Robert Mussche. Gracias a ese hilo de unión, los años que pasa Karmentxu en
casa de los Mussche, logramos ir conociendo la vida y destino de un escritor
casi anónimo que vivió el horror de la ocupación nazi, y que luchó (pagándolo
con su vida) contra la opresión que el régimen alemán quiso extender a toda
Europa.
Sin embargo, lo verdaderamente
importante de la novela no es tanto el trasfondo, que sirve para contextualizar
la vida de Mussche, como la actitud y determinación que éste fue adoptando a lo
largo de su vida, cómo su forma de ser y pensar, rescatada por Kirmen Uribe, se
convierte en un alegato que representa, como bien dice el título, lo que mueve
el mundo.
Uribe traza de manera ejemplar la
biografía de un hombre casi desconocido, un poeta perdido en la época de
guerras, comprometido intelectualmente con las ideas socialistas y las
libertades. Se trata de una novela de la memoria, cuyo final, triste pero sin
embargo esperanzador, y los testimonios que recoge a lo largo de toda la
novela, nos transmiten una actitud moral frente a cualquier sinrazón que la
barbarie pueda provocar: Kirmen Uribe nos dice, a través de los hechos de
Robert Mussche, qué es lo realmente importante, qué es lo que mueve el mundo:
el amor, la amistad, la abnegación,…
De la novela en sí quiero
destacar dos aspectos. De una parte, la mezcla de ficción y realidad, que
aparecen entrelazadas como un solo ente. Uribe-narrador y Uribe- personaje se
confunden, al igual que se confunden las voces narrativas, y a partir de un
suceso contado durante un encuentro literario en Bogotá, el escritor vasco va
tirando del hilo de la historia, contactando con Karmentxu y la familia belga
que le acogió, rescatando los fragmentos de la vida de Mussche y mostrándonos
el mosaico que se configura la vida de una persona real, perdida en el
maremagnum de una época convulsa.
De otra parte, la poeticidad está
latente durante toda la novela, pues es incuestionable que Uribe es, ante todo,
un poeta. Así, en determinado momento, afirma esa voz de Uribe que se confunde
entre narrador y personaje:
“Un viejo poema chino dice que si dos personas se quieren mucho, sin han estado muy unidas y una de las dos muere, la que muere en realidad es aquella que sigue andando.”