Pyongyang es el título de una gran novela gráfica escrita y
dibujada por Guy Delisle. También es la capital de Corea del Norte, el (no sé
si declarado por alguien) país más hermético y cerrado del mundo, donde el
régimen dictatorial de un Kim (ahora van por Kim Jong-Un, según aparece en
Wikipedia), ha bloqueado todo contacto entre el mundo y el interior de la parte
septentrional de la península de Corea.
Es precisamente ese aislamiento lo que provoca en el resto
del mundo el interés por conocer qué es lo que sucede realmente en Corea del
Norte, de donde la poca información que llega está repleta de noticias increíbles;
con la natural curiosidad y morbo hacia un país donde los derechos humanos son
un vestigio del pasado.
El dibujante canadiense Guy Delisle aprovecha una estancia
laboral en Pyongyang, donde revisa la producción de una serie de animación para
un canal francés, para dar cuenta mediante la novela gráfica de la realidad del
país norcoreano. En su equipaje, revisado al entrar y al salir del país, un
discman con un par de discos de Aphex Twin y el clásico de Orwell 1984, que servirá como referente para
comparar la distopía imaginada por Eric Blair con la que se da en Corea del
Norte.
Todos los movimientos de Delisle están acompañados por un
guía-traductor y un chófer cuya verdadera misión es vigilar todos los
movimientos del extranjero. La vida rutinaria de Delisle durante su estancia,
la incomunicación general con el mundo exterior (no tienen libre acceso a
Internet, claro está) y las pocas visitas a monumentos levantados a la gloria
del generalísimo líder y sus predecesores marcan el día a día del dibujante,
que consigue transmitirnos en tono documental la increíble situación de un país
anclado todavía en la Guerra Fría y en los conflictos del siglo XX.
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