jueves, 29 de julio de 2010

Vuelve a repasarlo con la memoria

Vuelve a repasarlo con la memoria. Los buenos recuerdos no envejecen nunca, se regeneran continuamente a sí mismos. Podría quedarme toda la noche escuchando a Charlie Parker tocar la trompeta. Era condenadamente bueno. Como las cosas que vivimos juntos, Negra. Las cosas que tú eres. O quizás las cosas que tú eras. Recuerdo el primer disco que tuve. Tendría once o doce años. Era un CD, cuando aquello era la novedad en la música. Una compilación de soul: Ottis Redding, Ben E King, Aretha, Louis Armstrong, Ray Charles,… Era la música con la que estuve durmiendo durante cuatro o cinco años. Todavía me sé las canciones de memoria. Y, sin entender las letras, llenaban una parte muy importante en mi corazón, una pequeña aurícula melancólica que aún hoy me visita en noches como esta.

viernes, 23 de julio de 2010

Autorretrato #4

Seguir jugando a quererse con veintitantos o treintaypocos es la única manera de vivir que concibo: coleccionando orugas, llorando tinta, o espiando al mar toda la noche. Serenamente nocturno me muestro tal cual soy, para bien o para mal, esperando que las cosas se dignen a mirarme a los ojos para sonreírles. Los desalientos los escondo tras los dientes, para no dejarlos escapar tan fácilmente como ellos quisieran, cultivo amistades como quien ama anfibios, y en ocasiones permito a los recuerdos que salgan de fiesta por casa. Trasnocho con algo de elegancia, deslizándome vertiginoso sobre las gotas del azul, y hablo a diario con extraños seres surgidos de la mitología y la filología. En caso de duda jamás consultaría con un farmaceútico, sino con un payaso de circo. Perdono todas las narices, pero no que no sepan volar; y me siento pesimista con vocacíón de optimista. Adoro celebrar la primavera con besos y versos, pero jamás se me ocurriría decirte que te quiero con palabras.