viernes, 23 de julio de 2010

Autorretrato #4

Seguir jugando a quererse con veintitantos o treintaypocos es la única manera de vivir que concibo: coleccionando orugas, llorando tinta, o espiando al mar toda la noche. Serenamente nocturno me muestro tal cual soy, para bien o para mal, esperando que las cosas se dignen a mirarme a los ojos para sonreírles. Los desalientos los escondo tras los dientes, para no dejarlos escapar tan fácilmente como ellos quisieran, cultivo amistades como quien ama anfibios, y en ocasiones permito a los recuerdos que salgan de fiesta por casa. Trasnocho con algo de elegancia, deslizándome vertiginoso sobre las gotas del azul, y hablo a diario con extraños seres surgidos de la mitología y la filología. En caso de duda jamás consultaría con un farmaceútico, sino con un payaso de circo. Perdono todas las narices, pero no que no sepan volar; y me siento pesimista con vocacíón de optimista. Adoro celebrar la primavera con besos y versos, pero jamás se me ocurriría decirte que te quiero con palabras.

1 comentario:

  1. Señor siga cultivando su vocación de optimista, y no deje nunca de pelear contra las narices que no sepan volar, pero lo que le pido por favor es que no deje de amar a los anfibios, a ellos les gusta que tu los ames y que les sigas dejando compartir momentos contigo!

    ResponderEliminar