domingo, 3 de mayo de 2015

20.000 leguas de viaje submarino

 



Esta obra que figura entre las más conocidas del escritor francés Julio Verne fue publicada originalmente en el Magasin d’Éducation et de Récréation, en 1869, la primera parte y un año después la segunda. En ella se  nos cuenta que la desaparición de diferentes embarcaciones a lo largo de todo el mundo, se deben al parecer a un narval gigante, por lo que se organiza una expedición con objeto de identificar y matar al monstruo marino. En esta expedición participarán el científico narrador y protagonista, Pedro Aronnax, así como su criado Consejo y el arponero canadiense Ned Land. Tras un par de semanas persiguiendo el rastro del monstruo, el barco en el que viajan es violentamente golpeado en su casco y se hunde irremediablemente. Aronnax y Consejo son rescatados por Ned Land, quien consigue ponerlos a salvo en lo que parece ser una isla, pero que es en realidad el Nautilus, un submarino al que se había confundido con el monstruo marino. Dentro de éste, conocen al capitán Nemo, un personaje fascinante, cuyo odio por la humanidad terrestre es equiparable a su gran erudición marina y su incuestionable liderazgo dentro del Nautilus. Prisioneros en el interior del submarino, ya que conocen su existencia, comenzarán entonces un viaje a través de los siete océanos de la superficie terrestre donde les serán revelados los grandes secretos de la vida submarina.

Aunque Aronnax se muestra reacio a ello, ya que se siente feliz al poder estudiar toda la fauna marina, los tres deciden escapar durante una de las veces en las que el Nautilus asoma a la superficie para renovar sus reservas de aire. Además, el capitán Nemo se muestra cada vez más misterioso y aislado, debido al continuo hostigamiento que sufre de los buques de guerra de la superficie. Finalmente, aprovechando la confusión provocada por el ataque de un calamar gigante al Nautilus; Aronnax, Consejo y Ned Land consiguen llegar hasta la costa noruega, donde son rescatados.

Esta novela pertenece, como casi toda la obra de Verne al género de la ciencia-ficción. Se ha señalado en multitud de ocasiones cómo Julio Verne se adelantó a los avances técnicos que años después lograría la ciencia. Precisamente, uno de los logros de la novela es la explicación lógica y plausible de la vida humana bajo el mar: escafandras autónomas, la producción de aire dentro del submarino, el aprovechamiento al máximo de los recursos marinos (algas, peces,…), los fusiles y armas,… Todo esto contribuye a la magnificencia del Nautilus, que se convierte en un espacio mítico dentro de la literatura.

Dicho espacio lo comparte con el que es el personaje más interesante de la obra, el capitán Nemo. Hay dos datos interesantes en torno a él. Por un lado, ha quedado demostrado que, en realidad, el vengativo capitán Nemo era un trasunto del propio Verne, lo que le llevó a enfrentarse a su editor francés, quien quería suavizar el carácter a veces violento del capitán. Por el otro, el nombre del capitán puede relacionarse con el significado latino del término: Nemo es Nadie, o Ninguno. Así pues, tenemos de nuevo a un gran navegante llamado Nadie que muestra su astucia para sobrevivir. El antecedente de éste puede buscarse en la gran obra de cierto aedo invidente de Grecia.

El misterio en torno a Nemo se mantiene durante toda la obra. Pese a su trato correcto con Aronnax, no duda en ocultarle a éste aquello que cree que puede poner en peligro al Nautilus o a su tripulación. Su pasado es también oculto: no sabemos ni su origen, ni su nacionalidad, ni cómo llegó a odiar a la humanidad que vive sobre la faz de la tierra y se recluyó bajo las aguas. Los pocos datos que el narrador Aronnax nos da son imprecisos: su inglés no tiene ninguna clase de acento, domina además otros idiomas, y su fisionomía y forma de vestir no son tampoco determinantes.

Los otros tres personajes son en realidad tres manifestaciones de un mismo ser: por un lado, el científico Pedro Aronnax representaría la parte racional de todo ser humano; Consejo es la parte inconsciente (lo demuestra cuando antepone la vida de su señor a la suya propia) y el temeroso a la par que valeroso Ned Land sería el elemento concupiscente o pasional, la pura fuerza bruta.

El estilo que emplea Verne es muy minucioso. Demuestra tener un grandísimo conocimiento del mundo marino, tanto que podemos considerar el libro como un tratado de biología marina. Sin embargo, la minuciosidad de las descripciones de peces y otros animales, aunque a veces resulta fascinante por lo singular de las especies descritas, en ocasiones dificulta la agilidad de la novela. No obstante, hay que reconocer que la contextualización es asombrosa dados los pocos medios al alcance de Julio Verne a finales del siglo XIX.



Como dato curioso, existe una versión en película de los estudios Disney de 1954, dirigida por Richard Fleischer e interpretada por James Mason (cap. Nemo), Kirk Douglas (Ned Land), Peter Lorre (Conseil) y Paul Lukas (Pierre Aronnax). También el personaje de Nemo y su Nautilus aparecen en la serie de cómics de Alan Moore y David O’Neill, La liga de los hombres extraordinarios.


La unidad de medida a la que hace referencia el título podría tratarse de una legua marina, que equivale a 5,556 kilómetros, con lo que las 20.000 leguas serían unos 111.120 kilómetros. Si tenemos en cuenta que el ecuador terrestre tiene una longitud aproximada de 40.075 kilómetros, el viaje del Nautilus podría haber dado casi tres veces la vuelta al mundo completa. Sin embargo, sabemos por las diferentes referencias que se nos ofrecen en la novela que la ruta que sigue el submarino varía tanto en el eje norte-sur como en el este-oeste, por lo que finalmente podemos hablar de una vuelta casi completa alrededor de la parte líquida de la Tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario